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El Coliseo en la arquitectura románica

Arquitectura románica: El Coliseo

Muy ligada al surgimiento del imperio se inscribe la arquitectura románica entre el 509 a.C., hasta aproximadamente el siglo IV d.C., y con ella su obra cumbre El Coliseo.

 En los umbrales se divisa la fuerte influencia etrusca y griega, guerras púnicas, que dan origen a formas culturales arquitectónicas con sello propio, combinación de la grandeza monumental de la arquitectura clásica con la ingeniería avanzada del momento donde marcarán un punto de partida las construcciones de vía y el acueducto.

 De construcciones de columnas y dinteles, ahora paredes masivas con puntas de arcos y cúpulas con más decoración que estructura, menos las columnatas. Usado el toscano dentro de la estilística, como variable simplificada del orden dórico y el orden compuesto, elevado con decoración floral del corintio y volutas del jónico.

Durante el imperio romano se construyeron obras públicas de ingeniería civil, templos y otras destinadas a la calidad de vida e higiene entre las que se encuentran edificios masivos, baños y letrinas públicas y privadas, calefacción por suelo, acristalamiento de mica, agua caliente y fría entubada.

Entre las características más sobresalientes de la arquitectura románica se puede señalar la monumentalidad atendiendo al espacio y significado de la obra; el fin utilitario, práctico y funcional de las construcciones; las artes decorativas con mosaicos y frescos en las piezas arquitectónicas; la dinámica de elementos constructivos con el empleo del arco y la bóveda; el uso de materiales como la piedra argamasa de hormigón y el ladrillo; la invención del cemento para las construcciones.

Así la arquitectura romana destaca por la construcción de sus templos, foros y termas; cada una de estas edificaciones con expresiones nuevas desde la mirada del artista como se advierte en el diseño de los campamentos, génesis sin duda de las ciudades modernas; en obras como el acueducto, alcantarillados, termas, anfiteatros, teatros, circos y edificios, destinado todo funcional y estéticamente a hacer agradable y confortable la vida del ciudadano.

Los artistas griegos y etruscos atraídos por el poder económico del imperio trasladaron gusto y pasión por las bellas artes y en sus escuelas se formaron artistas romanos.  El estilo europeo occidental a partir del año 1000 se nombra arquitectura románica; con basamento en la época las obras expresan el poder y el estado.

Ubicado en el centro de la ciudad de Roma, Italia, data del siglo I la construcción del Anfiteatro Flavio como se le nombró entonces al Coliseo haciendo alusión a la dinastía Flavia que lo edificó. Fue iniciada la obra en el año 70 d.C. bajo el gobierno de Tito Flavio Vespasiano (Emperador César Vespasiano Augusto) y terminada en el 80 d.C. bajo el mandato del emperador Tito, su hijo mayor, quien culmina la construcción de la parte superior e inaugura la obra.

 La celebración duró 100 días, se mataron más de 5000 fieras. La capacidad enorme del lugar para el espectáculo y la invitación gratis al pueblo para ver desde la arena luchando a los gladiadores, bestias salvajes y otras animadas atracciones, convirtieron la inauguración en todo un acontecimiento grandilocuente. 

El Coliseo, como se le llamó después y hasta nuestros días, poseía 24000m², 57 m de alto, 188 m de largo; los 80 arcos de entrada acceden a 55000 personas sentadas según el rango social que ostentaran perteneciendo los mejores puestos cerca de la arena al emperador y miembros de la alta sociedad. 

Esta colosal construcción contó con la anuencia de los emperadores por el gusto del pueblo hacia el espectáculo; para lograrla hubo que remover 3300 toneladas de tierra por la necesidad de dar soporte a la edificación y hasta 12 metros de alto en profundidad del suelo en busca de estabilidad. 

Vertido el hormigón y después de seco se comenzaron a poner los muros de contención de ladrillos para soportar peso y una vez ya en el suelo se comenzaron a agregar ladrillos a la arcilla y se vertió cemento creando una base estable de lo que sería el sótano del coliseo, lugar en que esperaban esclavos, animales y artistas para debutar en el espectáculo. 

El primer piso construido tras el sótano, con el podio y asientos reservados a las personalidades más importantes: emperador, dignatarios, senadores, empleó en la fachada y muros exteriores tres capas de piedra de travertino formando bloques que se unieron con bronce fundido para que actuara como cemento al secarse y ponerse duro. 

Los muros radiales se hicieron con toba, una piedra más ligera que la travertina; las bóvedas y la mayor parte de las plantas superiores se hicieron con hormigón.

La segunda, tercera, cuarta y quinta capas superiores fueron difíciles de construir; por ello se utilizó solo cemento y ladrillo con materiales ligeros empleándose los arcos como apoyo, el abovedado en los pasillos, la forma de arco en todas las salas para transferir el peso hacia abajo a través de las columnas y evitar que se derrumbasen sobre sí las capas bajo su propio peso. 

 Otro importante detalle está en la conexión de fuentes y baños dentro del Coliseo a través de un sistema de acueductos. 

Años más tarde y durante su mandato, el emperador Domiciano, hijo menor de   Vespasiano, último emperador de la dinastía Flavia, realiza remodelaciones y construye una galería en la parte superior así como  túneles subterráneos para albergar esclavos y animales. 

Durante 500 años se utilizó el Coliseo en la celebración de espectáculos para el pueblo, más tarde como refugio. En el año 476 d.C con la caída del imperio romano se convierte en una cantera para extracción de material utilizado en la construcción de nuevos edificios. 

En el siglo VI se suspendieron los espectáculos de gladiadores y de caza; se celebraron los últimos juegos de la historia. 

En el siglo XII es declarado santuario por el papa Benedicto XIV, sustentando la creencia de la muerte de santos cristianos en el lugar.

En 1870 se unifica Italia instaurando su reino y termina el dominio de los papas sobre Roma; se abandona la memoria cristiana del Coliseo y empieza a convertirse en símbolo románico.

 La consolidación llega desde el siglo XX cuando el Coliseo entra en la cultura popular a través del cine, luego al turismo con un aproximado de 5000000 millones de viajeros que desde cualquier parte del mundo quedan atrapados ante la historia y existencia de la monumental pieza.

 Pese al daño de su estructura el Coliseo sigue siendo un ícono de la Roma imperial. En 1980 la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad y desde 2007 se considera una de las siete maravillas del mundo, adónico gancho de la antiquísima e incomparable obra arquitectónica.

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