El sustantivo y sus clases
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Desde los más antiguos estudios de la lengua se ha considerado al sustantivo como parte esencial del discurso; y es que el sustantivo, abundante en formas y clases, es un foco de luz emancipada en torno a los sintagmas de su hábitat.
Constituye tema aparte, por lo extenso, el estudio del sustantivo como parte de la oración. Sin embargo, se hace necesario, un poco hablar de los elementos menores en que puede descomponerse el sustantivo, indudablemente, de esos que están presentes en su estructuración y que aportan determinada significación, sea cual fuere la clase de sustantivo.
Por tanto, se estará comentando aquí y ahora sobre la composición del sustantivo y sus clases; reservaremos otro momento para referirnos a su función y significado.
En cuanto a la estructura se afirma que el sustantivo está formado por uno o varios lexemas con varios morfemas gramaticales; el lexema suministra la carga semántica mayoritaria (esto es mayor significado), mientras que los morfemas gramaticales (facultativos y constituyentes), abastecen los primeros significados más generales, y los segundos aportan significación de valor gramatical.
Así, los morfemas constituyentes de género y número afectan directamente al sustantivo y lo distinguen entre otras categorías de palabras.
En el gráfico se expresa la estructura.
sustantivo mujercitas
El morfema gramatical constitutivo de género aparece a partir de la diferencia macho/hembra, válida solo en seres animados distinguibles por el sexo. La oposición determinada por el sexo se llama género real y tiene las siguientes variantes traducidas morfemáticamente.
[-o-] / [-a-] niño/niña;
[-e-] / [-a-] elefante/elefanta; .
[-ѳ-] / [-a-] profesor/profesora;
[-ѳ-] / [-ѳ-] estudiante/estudiante.
El morfema de género se prolonga hacia todos los sustantivos sean animados o no. En español, a diferencia de otras lenguas, no existe distinción de género neutro y a lo inanimado se le llama género arbitrario porque no aparece la oposición masculino/femenino, realmente, lo que aparece es una marca de género según corresponda asociada al nombramiento del objeto, inmotivadamente y adherida, por el uso. Ejemplos estos “femeninos” y “masculinos”.
También existe el nombrado género dimensional que se emplea en objetos inanimados para significar una dimensión menor en el género masculino y superior en el femenino, por ejemplo, cesto/cesta.
Hay sustantivos en los que la oposición de género no se expresa con las fórmulas conocidas, pues se expresan por oposición antonímica de los morfemas lexicales.
caballo/yegua
padre/madre
yerno/nuera
Se suele emplear el término genérico para expresar indiferencia de género o para abarcar toda una clase a partir del género masculino. Sobrarían ejemplos y debates, pero eso constituiría un tema muy controvertido en el hoy, cuyo argumento se sale del objeto de este artículo.
Existen, además de las citadas, otras formas para expresar el género femenino, por ej., -iz en aprendiz; -esa en princesa; -isa en poetisa; -ina en heroína.
Otro elemento que resulta atrayente es la existencia de palabras que por juicios etimológicos contienen una marca reversa a su género, por ejemplo, en femenino: mano, la foto, la polio (obsérvese la terminación –o); en masculino: día, recluta, profeta (obsérvese la terminación en –a).
Otro de los morfemas constituyentes que caracteriza al sustantivo es el número. Se había visto cómo el género viene determinado casi en un modelo, pero el número instituye en el sustantivo valor cuantitativo; uno o más de uno viene a determinar una expresión sintagmática en el habla del singular o plural, según corresponda.
Las formas (-s, -es) se utilizan para conformar el plural del sustantivo; si la palabra termina en vocal hace su plural en –s, si termina en consonante o vocal tónica lo hace en –es.
Las palabras que contienen más de un morfema lexical, es decir, las palabras compuestas presentan en sus plurales determinadas particularidades.
En estos ejemplos se le añade –s al finalizar el segundo de los dos términos del compuesto, ejs., tomacorrientes, portallaves; sin embargo, el plural del pronombre cualquiera es cualesquiera, pues se le ha añadido –es al primer elemento del compuesto.
Se había comentado que los morfemas gramaticales facultativos abastecen de significados más generales a las palabras. En el sustantivo pueden aparecer afijos: prefijos, infijos y sufijos.
Los prefijos se adelantan a las palabras (al morfema lexical) para matizar su carga semántica, por ej., hipervínculo, anteayer, semivocal, bisabuelo.
Los sufijos e infijos detrás de la palabra (del morfema lexical) le agregan determinada orientación semántica, por ej., confianza, recaudador, alameda, piececito, ternura.
Los aumentativos para expresar tamaño se pueden obtener añadiendo (-on-, -az-, -ach-, -ot-), por ej., ventarrón, portazo, carapacho, hombrote.
Los diminutivos, por su parte, admiten estas formas (-it-, -ill-, -ic-, -uel-, -in-), por ej., sillita, leoncillo, ratico, pañuelo, botiquín.
Por último se muestra en el gráfico la conformación que puede tener este sustantivo atendiendo a su forma.
Clases de sustantivos
Los sustantivos pueden clasificarse atendiendo a diversos presupuestos. En primer lugar, se describirán las clases tradicionales de sustantivos que curricularmente se conocen, pero también se mostrará la actualización hecha por la RAE al respecto.
Comunes y propios
Se denominan comunes a aquellos que nombran a todos los objetos pertenecientes a una misma clase o que se refieran a objetos únicos, por ejemplo, sol, luna, mesa, perro, zapato.
Esta clase de sustantivos connota al objeto en su esencia misma e indica cualidades propias de la clase a la cual pertenecen; (entiéndase por objeto: seres vivos, cosas con existencia independiente; pero también cualquier aspecto de la realidad, no independiente, pensado en sí mismo).
Los sustantivos propios permiten la distinción de uno dentro de la misma clase; ellos no hacen referencia a las cualidades del objeto solo los muestran; tampoco admiten, generalmente, el morfema de artículo; por ejemplo, Juan, Rubén, Colombia, España, Andalucía. Se escriben todos con mayúscula.
Concretos y abstractos
Difícil es por su naturaleza distinguir esta clase de sustantivos; al respecto solo se ofrecerán algunos presupuestos en el orden formal.
Son concretos aquellos que pueden ser aprisionados por los sentidos o que son posibles de representar en la imaginación; según Amado Alonso cuando designan al objeto individual, cuando designan al objeto independiente.
Son abstractos cuando se refieren a objetos que pueden ser comprendidos por la inteligencia; designan el objeto de forma genérica, de forma dependiente. Se distinguen formalmente por estar presentes en ellos determinados morfemas facultativos, sufijos, como -ura, -ez, -eza, -ción, -ad, por ejemplo, bravura, timidez, belleza, presentación, liviandad.
Simples y compuestos
En esta tipificación se considera el número de morfemas lexicales (lexemas) que están presentes en la formación del sustantivo. Son simples los que solo poseen un morfema lexical, por ej., búcaro, mesa, cartera. Son compuestos lo que tienen más de un morfema lexical, por ej., bocacalle, rojinegro, rompecabezas.
Primitivos y derivados
Aquellos que no poseen morfemas facultativos dicen llamarse primitivos, por ej., árbol, mujer, casa.
Los que tienen en su formación morfemas facultativos (prefijos, infijos, sufijos) dicen llamarse derivados, por ej., arboleda, mujerona, casucha.
Según el morfema facultativo que presente el sustantivo derivado, así se llamará, por ejemplo si se dice arbolito es un derivado diminutivo; mujeraza, derivado aumentativo; gentuza, derivado despectivo; derivado patronímico, Sánchez; derivado gentilicio, español; derivado colectivo, palmar.
Se ofrece una lista de prefijos y sufijos que resultarán muy útiles por emplearse con frecuencia en la formación de sustantivos.
Lista de prefijos
ab-, abs- (significa privación, separación), ejs., abnegación, abstención;
an-, a- (significa privación, negación), ejs., analfabeto, anormal;
ante- (significa anterioridad), ej., antesala;
anti- (significa oposición), ej., antidroga;
bis-, bi-, biz- (significa dos veces, doble), ej., bisecar, bilateral, bizquear;
circun- (significa alrededor), ej., circunloquio;
contra- (significa oposición), ej., contrabando;
de-, des- (significa negación, separación), ejs., decomiso, desconocer;
entre- (significa situación intermedia), ej., entretejer;
ex- (significa privación), ej., exgobernador;
hiper- (significa superioridad), ej., hipersensibilidad;
hipo- (significa inferioridad), ej., hipoacusia;
in-, i- (significa negación), ejs., intransigente, irregular;
pos-, post- (significa después), ejs., posmodernidad, postgrado;
pre- (significa anterioridad), ej., precandidato;
pro- (significa delante, en vez de), ej., promover;
re- (significa repetición, intensidad), ej., revuelto;
sub- (significa debajo), ej., subdesarrollo.
Lista de sufijos
-ancia, ej., arrogancia;
-encia, ej., exigencia;
-dad, ej., verdad;
-ez, ej., honradez;
-eza, ej., realeza;
-ía, ej., rebeldía;
-or, ej., sabor;
-ura, ej., locura;
-anza, ej, bonanza;
-dor, ej., esplendor;
-cion, ej., atracción;
-miento, ej., surgimiento;
-ante, ej., farsante;
-ario, ej., calendario;
-ero, ej., pordiosero;
-ista, ej., pactista;
-al, ej., fontanal;
-eda, ej. vereda;
-sion, ej., extensión;
-xion, ej., reflexión.
Según la nueva versión de la Ortografía de la Real Academia Española se ha añadido a la tradicional clasificación de los sustantivos algunas denominaciones que se presentan a modo de resumen, lo aconsejable es leerlas.
En la nueva propuesta para la clase de sustantivos se incluye la tradicional con una subclasificación más pormenorizada de los sustantivos comunes; además se agregan los posesivos y los cuantificadores indefinidos cuando se desempeñan en función del sustantivo.
A continuación, definiciones tomadas textualmente de la RAE.
Las nuevas consideraciones semánticas del sustantivo inciden en su combinatoria sintáctica.
Propios
Comunes: individuales y colectivos; contables y no contables; concretos y abstractos; de complemento argumental; eventivos; cuantificativos; clasificativos.
Posesivos:
‘Lo mío también te pertenece’; ‘el mío es más rápido’.
Cuantificativos indefinidos:
‘El todo y la nada’; ‘lo mucho que me cuesta’.
Cuantificativos numerales:
‘Ella obtuvo un seis’; ‘un par de palomas’; ‘una docena de huevos’.
Ordinales:
‘Él es alumno de segundo’; ‘lo primero será leer el texto’.
Partitivos:
‘Un octavo de aceite’; ‘un cuarto de queso’.
Múltiplos:
‘Ponle el doble de azúcar’; ‘hubo una triple dificultad’.
La propiedad esencial de los determinantes es actualizar al sustantivo.
Determinantes o determinativos
El artículo como una subclase: ‘El libro’, ‘un libro’.
Demostrativos: ‘Este libro’.
Posesivos: ‘Mi libro’.
Cuantificadores indefinidos: ‘Algún libro’.
Cuantificadores numerales: ‘Dos libros’.
Relativos: ‘Cuyo libro’.
Interrogativos: ‘¿Cuál libro?’
Exclamativos: ‘i Qué libro!’
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