Gramatiqueando

3 puntos de mira en la oración simple

Oración simple

Criterios distintos y convergentes al paso del tiempo para nombrar a la oración simple han servido de sostén a la lengua, afanada en perfeccionar el acto de hablar y su comprensión por el que escucha. Este propósito nos detiene en el intento de abarcar puntos de vista respecto a la oración psicológica, lógica y gramatical.

Para poder adentrarnos en el laberinto necesitamos mencionar al grupo de intensidad entendido como el conjunto de sonidos que se articulan subordinados a un mismo acento espiratorio principal. 

Cada frase que pronunciamos se divide en tantos grupos de intensidad como acentos principales contenga, así la palabra que posee el acento principal constituye el eje semántico y gramatical del grupo intensivo, lo cual explica que el acento principal recaiga en una palabra de significado pleno: sustantivos, adjetivos, adverbios, variantes pronominales, generalmente de carácter enfático. Otras palabras del grupo de intensidad pueden llevar acentos secundarios siendo estos más débiles en relación con el principal.

 No deben llevar acento principal los elementos átonos como los artículos determinados, preposiciones, conjunciones, pronombres átonos (reflexivo se) y todos los demás considerados átonos. Las palabras inacentuadas y las que poseen acentos secundarios se agrupan con la que posee el acento principal para formar el grupo de intensidad que puede tener una o más palabras.

Pongamos un ejemplo

Trajeron los regalos a las niñas.

Grupo de intensidad Trajeron / los regalos /a las niñas 

 Si nos fijamos vemos que el primer grupo de intensidad separado por barra tiene una sola palabra, el segundo dos y el tercero tres. El acento principal recae en las palabras trajeron (verbo), regalos (sustantivo) niñas (sustantivo). Las otras no llevan acento los, a, las.

 Las causas que originan las pausas están dadas por la necesidad fisiológica de tomar aire para producir el sonido articulado y en el orden lingüístico para indicar el final del enunciado, límite de un grupo explicativo, elementos de una serie o por motivos de énfasis o emoción.

La entonación del grupo fónico es importante al leer o hablar, ellos organizan la entonación dentro de la frase aunque todas las personas no realizan los mismos grupos fónicos al leer o hablar. Generalmente contienen de 7 a 11 sílabas aunque algunos gramáticos estiman otras cifras.

 Los grupos fónicos pueden o no coincidir con los signos de puntuación de la expresión escrita. En el ejemplo anterior no obedecen a las pausas de la escritura excepto en el punto.

En la pronunciación española es importante la posición de la palabra en el grupo fónico porque influye en la modificación de sus sonidos sobre todo iniciales y finales.

Dice Gili Gaya al respecto: «Un discurso se divide intencionalmente en partes bien diferenciadas para el espíritu del que habla. La intencionalidad de esta división es su carácter esencial, esta fragmentación mental del discurso en unidades intencionales psíquicas tiene su expresión fonética comprensible siempre para el oyente en la curva melódica del lenguaje».

  Una pausa señala el final del grupo fónico. A veces este grupo no se enmarca con pausas sino por otras razones de orden fonético entre ellas: un cambio de altura musical, un retardo de articulación o una clara depresión de la intensidad.

 Pero lo más característico del grupo fónico es su inflexión final ascendente o descendente, es decir, sus sílabas finales que pueden marcar un ascenso o descenso en la voz. Cuando una oración es larga puede dividirse en dos o más grupos fónicos, pero siempre el grupo final será descendente.

 La causa de que los grupos fónicos terminen con determinada modulación está muy ligada al aspecto psíquico; si la expresión se siente como completa se afloja el tono y la voz desciende. Si para la conciencia del que habla está incompleta, la voz sube o permanece sin variaciones estancada (punto de vista psicológico solamente).

La oración -formada por una o más palabras- es una unidad mínima predicativa de atención por parte del hablante, que tiene sentido completo en sí misma; puede articularse en un grupo fónico o en varios, de cualquier manera se caracteriza por la unidad de sentido y de intención expresiva con que ha sido declarada.

Todas las palabras y frases de la oración están sujetas a la unidad de atención y sentido que las domina, esta unidad no se expresa solo en la entonación general sino que es también interna.

Las oraciones psíquicas guardan entre sí una relación de continuidad representativa lógica o afectiva o sea un enlace psíquico de orden superior que puede tener expresión lingüística.

Desde el punto de vista psicológico, la oración es la unidad intencional y atencional de sentido completo en sí misma cuyo signo lingüístico es la cadencia. Son particiones intencionales del discurso. En cada una de ellas se comunica todo lo relativo a un mismo sujeto que el hablante considere íntimamente relacionado. El fin de la unidad psicológica se marca fonéticamente por la cadencia en el lenguaje oral por medio de una inflexión descendente (el tono normal del hablante baja) y en el lenguaje escrito se marca con un punto.
Se define la oración lógica como la expresión verbal de un juicio, la operación mental por la cual afirmamos una cosa de otra. El juicio entre dos conceptos sujeto y predicado. Sus límites coinciden con la oración gramatical generalmente aunque a veces se diferencian. 
Toda estructura formada por un sujeto (de qué o de quién se habla) y un predicado (lo que se dice del sujeto) se considera una oración gramatical.
 El sujeto es un sintagma nominal y el predicado un sintagma verbal. Así entonces se consideran oraciones gramaticales no solo a las de independencia sintáctica sino a las subordinadas pues tienen sujeto y predicado.
El sujeto gramatical es de qué o de quién se habla en la oración y está expresado por un sintagma nominal (SN); palabra o conjunto de palabras que expresan un concepto del cual se dice algo. El núcleo será un sustantivo (nSN), expresión sustantiva o sustitutos funcionales (pronombres que pueden aparecer solos o acompañados por palabras que lo modifican o realizar la función de sujeto en una oración subordinada).

Conviene recordar que el sujeto en español no tiene colocación fija pudiendo aparecer al inicio, medio o final de la oración. A veces se omite, se calla, particularmente con formas verbales de primera y segunda persona. Puede omitirse con formas verbales de tercera persona, pero solo en aquellos casos en que se conozca a quién o a qué se refiere porque el sujeto haya sido presentado con anterioridad.

El núcleo de la unidad sintáctica es un verbo en forma personal (personales todas las formas del verbo atribuidas a una de las seis personas gramaticales tres del singular y tres del plural). El infinitivo, gerundio y participio son formas no personales del verbo.
Un verbo en forma personal lleva consigo en español una relación entre dos conceptos explícitos: sujeto y predicado. El predicado verbal contiene en sí al sujeto sea determinado o indeterminado y equivale por sí solo a una oración completa: presencia explícita del sujeto en la forma verbal.

 En la oración ‘Regalo flores a Juan’.

 Se puede asegurar que quien realiza la acción de regalar flores a Juan soy YO sujeto de la oración (que no aparece expreso), sin embargo, puede saberse a través de la forma verbal regalo por la desinencia verbal (morfema o) portador del tiempo verbal (presente), de la persona gramatical que realiza la acción (primera persona), del número (singular) y del modo al cual pertenece el tiempo verbal (indicativo). 

Se había dicho anteriormente que el predicado gramatical es lo que se dice del sujeto y está expresado por un sintagma verbal (SV). Este tiene como núcleo al verbo, (nSV). Cuando el verbo expresa acción, proceso o estado respecto al comportamiento del sujeto se dice que el predicado es verbal, (PV), en ese caso el verbo puede estar acompañado de complementos que amplíen la oración.

En algunas ocasiones el sintagma verbal predicado es un sintagma transferido; sucede cuando se emplean verbos copulativos como ser y estar más otras palabras que califican o clasifican el sujeto. En este caso se dice que el predicado es nominal (PN), cuyo núcleo no es el verbo sino la palabra que se refiere al sujeto que generalmente es un sustantivo o un adjetivo.

 En cuanto al verbo puede aparecer en forma simple o compuesta, pero también mediante perífrasis verbales (auxiliar + forma no personal); cuando esto ocurre estas formas en su totalidad constituyen el núcleo del predicado verbal.

 Los conceptos psicológico, lógico y gramatical se suman, no se oponen entre sí y se completan mutuamente. La oración psicológica puede coincidir con la gramatical o contener varias de ella relacionadas de diversos modos.

Las oraciones subordinadas, también llamadas proposición, son oraciones que se integran como elemento o parte de un elemento en otra oración. Gramaticalmente tienen sujeto y predicado pero carecen de sentido completo por lo que se consideran oraciones desde el punto de vista gramatical, pero no psicológico.

La oración puede ser analizada de diferente manera de acuerdo a la intención a que esté sujeto el estudio, así entonces el análisis morfológico se dirigirá a la forma, el semántico al significado y el sintáctico a la función. De este último seguiremos hablando. 

La naturaleza gramatical y semántica del sujeto y del predicado tienen exigencias formales que originan distintos tipos de oraciones. La clasificación que te presentamos es de exigencia formal porque en el habla los matices se combinan y no es posible deslindarlos. Un estudio detallado de los rasgos que matizan cada una de las clasificaciones resulta en la práctica importante para poder escoger el que más se distinga en el juicio que se emita, pues a veces, es difícil encasillar en una o en otra clasificación. Sin dudas existen variados presupuestos en las clasificaciones hechas por los gramáticos. 

Por la calidad psicológica del juicio o actitud del hablante

Por la naturaleza del predicado

exclamativas

.atributivas o cualitativas

de posibilidad

.predicativas:

de dudas

transitivas

interrogativas

intransitivas

afirmativas

pasivas

negativas

reflexivas 

exhortativas

recíprocas

optativas

impersonales

Desde la perspectiva gramatical la oración puede ser bimembre cuando se formula estableciendo una relación explícita entre sujeto y predicado que son sus elementos básicos.

Pueden ser oraciones unimembres aquellas en que sujeto y predicado constituyen un solo miembro (SP), estos dos elementos fundidos en uno solo. No es de ninguna manera una oración bimembre incompleta puesto que en ella no falta ningún miembro. Es una forma original de expresar el sujeto y el predicado donde resulta imposible separar sus miembros.
Existen dos clases de oraciones unimembres. Las nominales son aquellas que manifiestan el vínculo entre sujeto y predicado a través del núcleo (SP) acompañado del recurso de la entonación para expresar un juicio; las impersonales que expresan por lo común juicios acerca del estado de la naturaleza, poseen verbos atmosféricos o meteorológicos, pudiendo emplearse otros como ser, estar, haber, hacer que siempre estarán en tercera persona del singular.

 Las nominales adoptan la estructura de (SN), ej.  ‘un vaso de agua’.

Las impersonales adoptan la estructura (SV), ej. ‘llueve a cántaros’, ‘hace buen tiempo’, ‘es tarde ya’, ‘está amaneciendo’.

El vocativo y la interjección son formas especiales de la oración unimembre. El vocativo desempeña función apelativa, de llamada; constituye una oración unimembre por ello no puede ser sujeto en la oración donde aparece y puede estar a inicios, en medio o final de oración.

 Irá siempre separado por coma del resto de la oración. Es un elemento de valor nominal un (SN) y puede estar integrado por un solo sustantivo o por varias palabras ejemplos ‘Juan, acércate’ o ‘Estimados amigos, vuelvan mañana’.

La interjección expresa un estado emotivo, un estado de ánimo. Su función en el lenguaje es de carácter afectivo, para expresar la impresión que produce la realidad en uno mismo: dolor, sorpresa, admiración, entre otras. 

A diferencia del vocativo que conserva su valor representativo la interjección rara vez expresa por sí misma algo más que un estado afectivo, incluso es el contexto quien precisa a qué estado responde su uso. No desempeña función sintáctica es por sí misma una oración unimembre con matiz exclamativo.

 Las interjecciones pueden ser propias e impropias. Las propias solo tienen función afectiva y no tienen otro uso que ser interjecciones, ejs. ‘oh, ah, bah, ay, caramba’; las impropias son las que además de expresar función afectiva tienen otra función en la lengua ejs. ‘bravo, arriba, ánimo, viva’.

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